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Publicar en digital o publicar en papel (I)

Hoy en día, gracias a Internet y sobre todo a la plataforma digital de Kindle, propiedad de Amazon, los escritores tenemos la gran ventaja de poder publicar tanto en digital, como en papel nuestras obras, por nuestra cuenta y sin intermediarios. Además, para los que prefieren el camino de la edición tradicional y buscan el respaldo de una editorial, estas también suelen ofrecer la posibilidad de publicar el libro en formato digital.

En este sentido, la batalla entre la página digital y la página de papel ha durado ya muchos años. Ambos ejércitos cuentan con aguerridos fanáticos, gente que nunca dejará de leer en papel y otros que prefieren el formato digital, ya que, entre otras cosas, les permite llevar consigo miles de libros sin apenas ocupar espacio.

Publicar en digital o en papel

Ambos formatos tienen sus propias ventajas y desventajas, y tampoco tienen por qué ser excluyentes, pues, como escritor, deberías aprovechar los dos formatos de publicación para obtener el mayor alcance posible y llegar a tantos lectores como puedas. Para ayudarte en esta toma de decisión te vamos a explicar cuáles son las principales ventajas y desventajas de cada formato, comenzando por el papel.

Costes

Una de las principales desventajas del formato digital frente al tradicional son los costes. Un libro en formato digital es muchísimo más económico, ya que sólo es necesario corregir, editar y maquetar, para que esté listo para su publicación.

En el caso del papel, además de la edición y corrección del texto, la maquetación es más complicada, ya que el maquetador debe disponer las páginas en el orden correcto, cuidando de que cada capítulo comience en el mismo lado y otros aspectos técnicos que no vienen al cuento en este artículo.

Además, mientras que para vender una obra en digital solo tienes que cargar el archivo final maquetado a una plataforma, para vender el libro en papel es necesario contratar a una imprenta y también una red de distribución. Si eres autor independiente, este punto aumenta el coste final y reduce los beneficios, a menos que pongas un precio muy alto por tu libro.

Esta suele ser una parte desconocida para los autores en general, ya que estos costes en el caso de la edición tradicional, son asumidos por la editorial. Eso sí, acaban repercutiendo en el propio autor.

El amor por los libros

El libro es el único formato físico que no ha sido superado por el digital. A los amantes de la lectura les gusta ver sus estanterías llenas de libros, están enamorados del olor a libro viejo y del tacto de las páginas. No es broma, según los datos de PwC, mientras que las ventas de discos de música han caído un 14% desde 2017, la venta de libros físicos ha crecido en un 1%.

El formato en papel también tiene otras cosas que no tiene los libros digitales. En primer lugar, es realmente complicado que un autor te pueda firmar un libro en EPUB… A menos que te firme el lector de libros electrónicos, claro.

Mike Shatzkin, analista de la industria editorial, señala que el caso de los libros es único, ya que la experiencia del usuario no es la misma al leer un libro digital y uno físico. Mientras que una película es la misma, la veas en el formato que sea, la lectura cambia.

El lector quiere tocar la página, pasarla, anotar ideas o preguntas en los márgenes, subrayar pasajes para guardarlos y en las páginas de papel estás a salvo de las molestas intrusiones digitales, como los anuncios que ya encontramos incluso en el Kindle de Amazon. También hay expertos que señalan que los ojos se cansan menos con las páginas de papel tradicionales.

Ah, y no podemos olvidar el precio… Si antes te comentaba que los precios de los libros físicos son más altos, aquí tengo que señalar que muchas editoriales ponen el mismo precio a la versión digital y en papel de un libro, lo que lleva a muchos usuarios a dejar de lado el ebook y optar por el formato físico.

No necesita pilas

Para leer un libro en papel, solo tienes que cogerlo de la estantería y abrir sus páginas. En cambio, para los libros digitales en primer lugar tienes que encender el lector, esperar a que cargue y, con suerte, no quedarte sin batería en el peor momento posible.

Los libros en papel no se apagan nunca, no dejan de funcionar sin más y no vas a necesitar de un asistente técnico que te solucioné la papeleta.

Cuando publicas un libro en formato físico tienes otra cosa asegurada: todo el mundo podrá leerlo en cualquier momento. No importa el tiempo que pase, jamás sufrirá de incompatibilidad de formato, algo que puede (y suele) suceder con los libros digitales, ya que cada cierto tiempo se renuevan sus formatos y los lectores más antiguos dejan de ser compatibles con los nuevos formatos.

Publicar en digital o papel

El libro en papel y la memoria

Muchos estudios han demostrado que los textos leídos de un libro en papel se retienen mejor en la memoria que los leídos en pantallas digitales. Además, los textos en papel contribuyen a una mejor comprensión lectora y permiten que el lector se concentre mejor, ya que no contienen hipertexto, contenidos interactivos o multimedia.

En este sentido, existe un estudio científico que asegura que “el cerebro prefiere el papel”.

Por supuesto, estos estudios están realizados sobre una franja de la población que nació antes del boom tecnológico, por lo que durante los primeros años de su vida solo leían libros en papel. Es posible que todo esto sea diferente para las generaciones más jóvenes, nativas digitales y acostumbradas a las pantallas.

Crear una biblioteca y mostrar los libros al mundo

Finalmente, tanto escritores como lectores suelen tener algo en común, y es que disfrutan creando su propia biblioteca. Hay pocas cosas mejores que recorrer con la vista las estanterías llenas de libros, coger uno y hojearlo. Se trata de una experiencia mucho más rica que recorrer un catálogo digital.

Además, el libro en formato físico tiene otra ventaja, que puede ser de ayuda a los escritores en el mundo de las redes sociales, y es que se pueden enseñar. Cuando un lector compra un libro en formato físico, suele hacer una fotografía y colgarla en sus redes sociales, mostrando al mundo qué está leyendo.

Esto puede llevar a que alguno de sus seguidores (y este tipo de cuentas suelen tener muchos seguidores) descubra tu libro y que también lo compre y lo lea. Si consigues engancharlo, te habrás ganado un lector más, que también podría fotografiar tu libro en sus redes sociales, ofreciéndote más visibilidad.

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